Qué significado tiene todo este movimiento que estamos viviendo en España en los últimos días: es una revuelta, un motín, un golpe de estado, como lo han llegado a calificar algunos "periodistas", un intento de manipulación, una maniobra electoral, una rabieta... una Revolución.
Quién lo dirige: los de izquierda, los de derechas, los comunistas, los anarquistas, los antisistemas, la izquierda abertzale...
Quién lo protagoniza: los jóvenes, los jubilados, los trabajadores, los parados....
¿Cómo llamar a esa amalgama de gente? Jóvenes con viejos, parados con empresarios, derechas con izquierdas... pues por su nombre: El Pueblo, la gente de este país, los españolitos de a pie, la leal infantería como diría la letra T de nuestra Real Academia, tú, yo, vosotros, nosotros, ellos.
El pueblo que al fin ha tomado conciencia, han recordado qué son, que somos, y esto es: ciudadanos.
Y están, simplemente, ejerciendo como tales.
El artículo 1.2 de nuestra Constitución establece que la Soberanía de la Nación reside en el pueblo, en ti, en mi, en nosotros.
Pero lo habíamos olvidado.
Porque nos trataban como súbditos, como siervos, y lo habíamos olvidado, habíamos olvidado que somos Ciudadanos.
Que no estamos sujetos a la voluntad voluble e interesada de ningún señor feudal, que esa batalla ya la libramos, y la ganamos.
Se nos había olvidado que aquí mandamos nosotros, el Pueblo.
En el día a día del funcionamiento de la democracia cedemos nuestra soberanía a un reducido (sic) número de ciudadanos, elegidos para representarnos: en el salón de plenos de nuestro pueblo, en nuestra Comunidad, en el Senado, en el Congreso.
Y por desidia, torpeza o buena fe, les hemos dejado que se crean que aquí mandan ellos, que pueden hacer y deshacer a su antojo, que los muebles de diseño, que los coches oficiales, que la tarjeta de crédito a cargo de los presupuestos se lo merecían, por su cara bonita, por ser ellos.
Nos han pedido e impuesto esfuerzos, recortes, sacrificios, pero como señor feudal que no le importa el resultado de la cosecha, ni las últimas lluvias, han seguido teniendo sus dádivas, sus lujos, su despilfarro; pero eso sí, con nuestros diezmos.
Ciudadanos ejerciendo como tales, ejerciendo como ciudadanía, recogiendo la Soberanía del pueblo, quitándosela a unas manos que no se la merecen porque hace mucho tiempo que ya no representan a nadie, salvo a ellos mismos.
¿Motín, revuelta, protesta...? En una palabra: Democracia.
En la Grecia antigua, la asamblea del pueblo de Atenas se reunía en la colina de Pnyx para discutir los asuntos que los ocupaban, esta colina se considera por ello el Primer Parlamento Democrático de la Historia, hoy, miles de ciudadanos de toda España están alzando pequeñas colinas de Pnyx en las plazas de sus pueblos y ciudades, lo llaman protesta, lo llaman revuelta y es el pueblo hablando, es Democracia.
Jose Andrés Fdez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario