Dejamos la Guerra Civil en este post y dediquémoslo a la otra mitad de este blog, la lengua española, que está un poco abandonada.
Durante el dominio español de Italia, aparece un personaje en el teatro de comedia renacentista que será tremendamente popular: El Capitan Rodomonte (probablemente derivado del Coloso de Rhodes, significando a un hombre grande y muy poderoso), personaje que viene a satirizar las bravatas de los soldados españoles.
El personaje llego a ser tan popular en toda Europa que varios idiomas incorporaron el termino Rodomontada en el significado de bravuconada, fanfarronada e incluso en Francia, a lo largo del siglo XVII, existió todo un subgenero literario sobre las bravatas españolas Rodomontades espnagnoles todo con el con connotaciones negativas y difamatorias sobre los españoles, empieza a fraguarse la leyenda negra.
Para los ingleses, por el contrario, el termino Rhodomontade tiene connotaciones heroicas, en Inglaterra alcanza gran difusión el libro Spanish Rhodomontades, donde se puede leer:
Pruebas oculares e históricas del heroísmo español y de su superior bravura demostrada en las guerras con los franceses, alemanes, holandeses y otras naciones a las que siempre vencieron... menos a los ingleses, que siempre los vencieron a ellos.
Bueno, bueno, menos lobos los ingleses, que por algo un antiguo dicho de las islas dice:
Españoles en el mar quiero, si es en tierra, San Jorge nos proteja.
Tercios de España la Infanteria legendaria, Fernando Martínez Laínez y José María Sánchez de Toca.
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