Las tropas franquistas, que iban conquistando el país desde el sur, justificaban así el beneficio que supondría para la causa dicho beneficio, desperdiciado hasta ese momento por la II República: «Este ingreso del Estado se presupuestó para el año 1931, como ingreso total del año, en 425.667.498 pesetas, pero en aquel desdichado abril se proclamó la cochambrosa República, y la recaudación cayó de modo alarmante. ¡Y eso de que hubo la suerte de que el premio gordo de los quince millones en el sorteo navideño tocase al propio Estado!».
Desde entonces, los sorteos ordinarios de lotería se fueron celebrando en diversas capitales: Madrid, Valencia y Barcelona, dentro de la zona republicana, y Sevilla y Burgos, en la zona nacional. Sin embargo, en aquellos tres traumáticos años de conflicto, el único en el que se produjeron dos sorteos de Navidad distintos fue 1938: uno en Burgos (en el bando nacional) y otro en Barcelona (en el republicano). Lo curioso de todo esto es que las dos loterías se llamaban de la misma forma: Lotería Nacional.
La historia del sorteo de la lotería en el bando franquista comienza el 13 de diciembre de 1937, fecha en que se aprueba el restablecimiento de la Lotería Nacional.
El primer sorteo estuvo constituido por dos series de 46.000 billetes cada una, al precio de 30 pesetas el billete, y se celebró el 1 de abril de 1938 en Burgos, en el edificio del Colegio de los Hermanos Maristas. Para el acto se utilizaron los bombos que usaba la Diputación de Guipúzcoa para los sorteos de amortización de la deuda, mientras que los billetes se imprimían en una empresa de artes gráficas de Bilbao. Los niños que ayudaron en la celebración eran internos del Hospicio Provincial y de la Casa Refugio Municipal de la ciudad.
En estas condiciones se celebraron en Burgos más de setenta sorteos hasta agosto de 1939, fecha en que volvieron a celebrarse en Madrid. El primero que se desarrolló con total normalidad se realizó en Madrid el 1 de agosto, con la curiosa peculiaridad de que los billetes, que se habían confeccionado con antelación, señalaban aún Burgos para su celebración.
Para el sorteo de Navidad del 22 de diciembre de 1936 se confeccionó un dosel con una enseña roja, flanqueada por la bandera republicana y la valenciana. En ese sorteo se utilizaron los bombos de Madrid y actuaron de cantores los niños del Colegio Imperial de San Vicente Ferrer.
De diciembre de 1937 a enero de 1939 los sorteos se celebraron en Barcelona. El primero coincidió con el Extraordinario de Navidad y tuvo lugar en el local que ocupó el antiguo Lyon d'Or. Se emplearon también los bombos procedentes de Madrid. Como cantores actuaron los niños de la Casa de Asistencia Social President Maciá.
El último sorteo en la ciudad condal se celebró el 21 de enero de 1939, cinco días antes de la entrada de las tropas de Franco, y su lista de premios no llegó a publicarse.
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