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4 de agosto de 2010

~ Los artículos más polémicos de La Enciclopedia

Vos y Diderot estáis creando una obra perfecta que será la gloria de Francia y la humillación de quienes os persiguieron.

Esto escribía Voltaire en el año 1752 en una carta a D'Alambert en la que elogiaba la Enciclopedia, la gran obra que éste y su amigo Diderot habían empezado a publicar un año antes.

El proposito de esta obra: recopilar el saber ciéntifico y técnico del momento, según rezaba el título completo de la obra: Enciclopedia, o diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios.

Pero desde su aparición la Enciclopedia fue mucho más que un simple diccionario, encarnó los máximos ideales del siglo XVIII: la fe en la razón y en la difusión del conocimiento y la voluntad de rebelarse contra toda autoridad política y religiosa.

Diderot, el auténtico artífice de la empresa lo expreso de esta forma:

Esta obra producirá seguramente con el tiempo una revolución en los espíritus, y espero que los tiranos, los opresores, los fanáticos y los intolerantes no ganen con ello. Habremos, de esta forma, servido a la humanidad.

Su logro fue la mayor obra del saber de lo hombre hasta la fecha: 28 volúmenes, 11 de ellos de ilustraciones, con 72.999 artículos que comprendían unos veinte millones de palabras. A esta obra dedico Diderot 21 años de su vida.

Para comprender mejor la amplitud del proyecto de la Enciclopedia quizas sea mejor expresarse en términos monetarios:

La suscripción a la Enciclopedia constaba 980 libras, unos 12.000 euros actuales, se calcula que solo en Francia llegó a haber 15.000 Enciclopedias, la inversión inicial del proyecto fue de 1 millon de libras (actualmente serían 10 millones de euros) y el beneficio para sus editores triplicó esa cifra.


Sin embargo la elaboración de esta obra no estaría libre de dificultades, sus principales enemigos fueron los jesuitas quienes lograron que se prohibiese la obra en 1752, con la condena explicita del Papa, y su inclusión en la lista de libros prohibidos del Vaticano.

Los temores y los recelos hacia la Enciclopedia estaban de sobra justificados, muchos artículos de la obra desarrollaban una crítica feroz de los abusos de la monarquía y la nobleza y, sobre todo, de la intolerancia religiosa de la época

Artículos Polémicos

Autoridad Política: Ningun hombre ha recibido de la naturaleza el derecho de mandar sobre otros. La libertad es un presente del cielo, y cualquier individuo de nuestra misma especie tiene el derecho a disfrutar de ella de la misma manera que disfruta de la razón.

Cortesano: Es el seductor barniz bajo el que se esconden la ambición, el orgullo, el deseo de hacerse rico sin trabajar, la aversión a la verdad, el halago, la perfidia [...] y un profundo desdén por los deberes del ciudadano.

Fanatismo: Es un fervor ciego y apasionado nacido de la superstición, que causa acciones ridículas, injustas y crueles, sin vergüenza ni remordimiento y con una especie de gozo y satisfacción. El fanatismo, por consiguiente, es la superstición en acción.

Libertad de Pensar: Si la razón no pudiera aplicarse a la religión, no tendríamos derecho de ridiculizar a aquellos que creen en las ceremonias extravagantes que se practican en todas las religiones, excepto la verdadera ¿Quién no ve que eso sería abrir un vasto campo al fanatismo más extremo y a las supersticiones más insensatas? Con tales principios, no hay nada en lo que uno no deba creer, y las opiniones más monstruosas serían adoptadas.

Mercado: Mientras que el curso natural del comercio es suficiente para la creación de mercados, nos vemos enfrentados a la manía de controlar y regularlo todo y nunca servir los verdaderos intereses del pueblo.

Negros: Hay quien justifica este comercio, odioso y contra la ley natural, alegando que los esclavos encuentran la salvación de sus almas con la pérdida de la libertad; que la instrucción cristiana, junto con su productividad en azucar, tabaco e índigo, atempera todo cuanto parece inhumano en un comercio en el que unos hombres compran y venden a otros como si fueran animales para emplearlos en cultivar los campos.

Nobleza: La Naturaleza ha hecho a todos los hombre iguales; no ha establecido más distinción entre ellos que la que resulta de los lazos de la sangre, como el poder de los padres sobre sus hijos. Pero los hombre celosos de elevarse por encima de sus semejantes, se las han ingeniado para establecer diversas distinciones entre ellos, de las que la nobleza es una de las principales.

Sacerdotes: Los sacerdotes pretendieron que los dioses se les manifestaban, enseñaron dogmas, prescribieron lo que había que creer, predijeron el futuro de los hombres y los hicieron temblar por el temor a los castigos con que los dioses irritados amenazaban a los temerarios que osaban dudar de su misión o discutir su doctrina [...] El pueblo, subyugado por el temor y embriagado por la superstición, se sometió a una multitud de prácticas frívolas y repugnantes, pero útiles para los sacerdotes, y las supersticiones más absurdas acabaron de extender y afirmar el poder de éstos.

Tolerancia: Un soberano no puede forzar las conciencias de sus súbditos, ni privarlos de las razones de su inconformismo con la religión dominante, porque éstos son derechos que los súbditos tienen como seres humanos y como ciudadanos.

En la era de Internet nos resulta dificil entender lo que significó el proyecto de la Enciclopedia, la luz que irradió sobre su tiempo.

El anónimo autor del artículo "Filósofo" de la Enciclopedia, que problamente fuese el propio Diderot, escribía:

El filosofo no actua guiado por sus pasiones, sino después de reflexionar; viaja en la noche, pero lo precede la antorcha.

En otro de sus escritos Diderot vuelve sobre esta reflexión:

Vago de noche en un espeso bosque. Sólo tengo una luz para guiarme. Aparece un extraño y me dice: Amigo, deberías extinguir tu luz para encontrar el camino con más claridad. Este extraño es un teólogo.

No nos debe sorprender que los jesuitas y toda la Iglesia intentase, con todos sus medios, hacer fracasar el proyecto de la Enciclopedia: si la luz de la razón iluminaba la vida de los hombres su papel y su influencia se reducirían a casi nada.


Quizas, Diderot resumió el fin último de la Enciclopedia en una de sus citas más conocidas:

La virtud, no es sino la búsqueda de la felicidad personal por la contribución a la felicidad de todos.


2 comentarios:

Tropiezos y trapecios dijo...

La iglesia como siempre, haciéndose amigos...

Es curioso lo que han cambiado las cosas y el poder, que por suerte, han perdido. Si se les metía en la cabeza algo podían buscarte algo más que la ruina.

Por suerte no pudieron parar al conocimiento y la razón y por suerte "La enciclopedia" salió adelante. No conocía el dato de lo que costaba suscribirse, veo que era un "lujo" no apto para cualquier persona. Sólo las clases más altas tendrían acceso al saber. Por suerte, esto también ha cambiado un poco, aunque hay muchas partes del conocimiento que siguen vetadas a los que no tienen recursos económicos...

Estoy convencido de que si la enciclopedia no hubiera salido adelante o nunca se hubiera inventado, ni siquiera tendríamos internet ahora...

Un saludo.

Oski

Hispanus dijo...

Me encantó la entrada, curiosa y muy interesante.

Las definiciones de la Enciclopedía coincide con mis propias definiciones, será porque soy heredero de ellas... jejeje.

"Libertad, Igualdad y Fraternidad".

Saludos.