La entrada anterior, sobre la tercera bomba atómica sobra Japón, aunque tremendamente interesante, me ha quedado un poco larga, y eso es algo que me viene pasando a menudo.
Eso, en su justa medida, es un defecto así que voy a intentar paliarlo. Intentare publicar algunas entradas mas cortas, sin llegar a convertir esto en un microblog, de manera que podáis combinar la lectura de post más extensos con otros más cortos, lo bueno si breve... he decidido titular este tipo de entradas píldoras (toma I+D). Vamos con la primera:
Eso, en su justa medida, es un defecto así que voy a intentar paliarlo. Intentare publicar algunas entradas mas cortas, sin llegar a convertir esto en un microblog, de manera que podáis combinar la lectura de post más extensos con otros más cortos, lo bueno si breve... he decidido titular este tipo de entradas píldoras (toma I+D). Vamos con la primera:
Todos conocéis a Henry Ford, inventor de la fabricación en serie y del mítico Ford T. Sin duda, Ford es el paradigma de empresario y, como tal, estaba obsesionado en abaratar costes.
Henry Ford pedía a sus suministradores de componentes que le enviasen las piezas en cajas de madera de unas determinadas dimensiones y formas. ¿La razón? Muy sencillo: luego las aprovechaba debidamente ensambladas para fabricar el suelo del coche.
Podían aprender los empresarios de hoy en día que para reducir costes no saben nada más que despedir gente.
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