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20 de junio de 2009

~ La auténtica novia cadaver

En el año 1340 el infante portugués don Pedro de Portugal, todavía príncipe, conoce a Inés de Castro, una dama gallega recien llegada a la corte portugesa, de muy buen ver, de piel blanca, rubia y con ojos azules, y el príncipe, que no era tonto, se enamora perdidamente de ella.

Imagen de la representación de la obra de teatro

Al rey Alfonso IV y a la corte no le gustaba la gallega (se ve que les iban más las mulatonas) y desaconsejaron el casorio, pero Don Pedro se mantuvo erre que erre y concibió con la rubia cuatro hijos.

Al final, el rey decidió cortar por lo sano, asesinándola. Pero, como es ley de vida, el rey muere en el año 1357 y Pedro es proclamado rey como Pedro I de Portugal, su primer acto de gobierno consistió en ejecutar a los dos instigadores de la muerte de su amada, los nobles Pedro Coelho y Diego López Pacheco. Al primero le hizo arrancar el corazón por el pecho y al segundo, por la espalda.

No contento todavía, ordenó sacar el cadáver de la difunta Inés, lo sentó en el trono, a su lado, y obligó a la corte a que desfilara ante la carroña y besara su mano, acatando a Inés como a reina.

Inés de Castro, y su desgraciada historia, ha sido motivo de inspiración para numerosos artistas comenzando por Camoens, que narró su muerte en Os Lusíadas. Otras obras basadas en su vida son Doña Inés de Castro, Reina de Portugal (Barcelona, 1612) del Licenciado Juan Mejia de la Cerda, Reinar después de morir (Lisboa, 1652) de Luis Vélez de Guevara y Corona de amor y muerte (Buenos Aires, 1955) de Alejandro Casona.


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