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24 de julio de 2009

~ ¿Qué comía Franco? Los menus del dictador


El pasado 28 de Junio en el diario Público podíamos leer una noticia bastante curiosa y que, desde entonces, tengo pendiente compartir aquí con vosotros.

Carlos Palacios Miguel era un Guardia Civil de 23 años cuando se convirtió en el taquígrafo personal de Franco, al comienzo de la Guerra Civil, Palacios continuó desempeñando ese puesto una vez finalizada la Guerra y cuando Franco fijó su residencia en el Pardo él le acompañó.

Pues bien, nadie sabe por qué pero este Guardia Civil adoptó la costumbre de guardar las cartas del menú que se servía en el Pardo a Franco y a su señora, Carmen Polo, estos documentos han permanecido inéditos hasta que los herederos de Carlos Palacios las encontraron donándoselas al Ministerio de Cultura.

Tras todo esto, ¿Qué comía Franco?

La primera conclusión a la que llegamos es que no pasaba hambre.

Un ejemplo, su Excelencia degustó el 29 de mayo de 1939, menos de dos meses después del fin de la Guerra Civil y sólo 15 días después de que el Ministerio de Industria y Comercio franquista estableciese el sistema de racionamiento, el siguiente menú:

Aquel día, a pesar de que el documento contenía la indicación "día sin carne", en la mesa de Franco se sirvió como primer plato "fabada asturiana", que se elabora con chorizo y morcilla. De segundo, al dictador le sirvieron "filetes de merluza", mientras que el postre era poco definido "queso y fruta".

Otro ejemplo en el "almuerzo" del viernes 2 de junio, el encabezamiento del menú incluía la palabra "abstinencia". Ese día no hubo carne, pero el menú, lejos de la frugalidad que parece asociada a dicho término, incluyó tres servicios "entreplatos variados, huevos rellenos y merluza frita" y la posibilidad de elegir postre entre "crema de limón" y, de nuevo, "queso y fruta". Sólo un día antes, el menú anunciaba "plato único", compuesto de una "sopa al cuarto de hora" y un patriótico "cocido a la española". De postre, "monte nevado" y los habituales "queso y fruta".

Lo que no reflejan los menús eran con que acompañaba Franco la comida, a nuestros días ha llegado la imagen de un Franco completamente abstemio, nos quedamos con la duda de saber si caía o no en la tentación de un buen Rioja o una cervecita fresquita.




Artículo con la noticia original: 28/06/2009 diario Público

1 comentarios:

helmer dijo...

Creo que era durante el desayuno cuando le gustaba firmar las sentencias de muerte... ¡No se le hubieran atragantado las madalenas!

Buen post